En un clímax cargado de emoción y simbolismo, la mexicana Fátima Bosch Fernández, de 25 años, se alzó con la codiciada corona de Miss Universo 2025, convirtiéndose en la cuarta mujer del país en lograr este hito tras los triunfos de Lupita Jones (1991), Ximena Navarrete (2010) y Andrea Meza (2020).
La ceremonia, realizada en el Impact Arena de Pak Kret, ante miles de espectadores y una audiencia global, culminó con Bosch recibiendo la tiara de manos de la saliente Miss Universo, la danesa Victoria Kjær Theilvig, en una velada que celebró el tema “El poder del amor: compasión, inclusión y fortaleza”.
Originaria de Teapa, Tabasco, Bosch –quien representaba a México con la banda que lució orgullosa desde su victoria en Miss Universo México el 13 de septiembre en Jalisco– cautivó al jurado con su carisma inquebrantable, su elegancia y un mensaje de empoderamiento que resonó en cada etapa del certamen.
Durante el desfile preliminar, deslumbró con un traje de baño blanco que realzaba su figura atlética y un vestido de gala rojo con motivos dorados y una larga capa, cerrando la pasarela con majestad. Pero fue en la Gala de Traje Típico donde brilló con luz propia: un imponente diseño artesanal inspirado en la diosa mexica Xochiquétzal, creado por el diseñador Fernando Ortiz en siete meses de meticuloso trabajo.
El atuendo, adornado con penacho, colibríes y rosas rojas, fusionó herencia cultural azteca con bordados tabasqueños, simbolizando la fertilidad, el arte y la belleza femenina ancestral.
El camino de Bosch no estuvo exento de desafíos. Hace apenas semanas, durante un evento de bienvenida en Bangkok, enfrentó un tenso enfrentamiento con Nawat Itsaragrisil, director de Miss Tailandia y figura controvertida del certamen, quien la reprendió públicamente llamándola “dumb head” por no participar en ciertas actividades promocionales.
El incidente, que generó una protesta masiva con varias candidatas abandonando el escenario, catapultó a la tabasqueña a los reflectores internacionales como un ícono de resiliencia. “Quiero alzar mi voz y ponerla al servicio de los demás, porque hoy estamos aquí para crear el cambio”, respondió Bosch en su discurso posterior, un mantra que repitió en la ronda de preguntas finales.

