Los mercados energéticos mundiales amanecieron con volatilidad este lunes, impulsados por un repunte en los precios del petróleo crudo que superó el dólar por barril. El catalizador principal: la escalada de tensiones diplomáticas y potencialmente militares entre Estados Unidos y Venezuela, que ha inyectado una dosis de incertidumbre en las cadenas de suministro globales de crudo. Mientras el Brent y el WTI registran ganancias cercanas al 1-2%, analistas advierten que cualquier disrupción en la producción venezolana podría disparar los precios aún más, evocando recuerdos de crisis pasadas en Oriente Medio.
El detonante inmediato fue la declaración del presidente estadounidense Donald Trump el sábado, quien anunció que “el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela debe considerarse cerrado”. Esta medida, enmarcada en un contexto de sanciones renovadas y despliegues militares en el Caribe, ha generado especulaciones sobre posibles acciones contra instalaciones petroleras clave en el país sudamericano, uno de los mayores poseedores de reservas probadas de crudo del mundo. Venezuela, con una producción actual de alrededor de 1-1.1 millones de barriles por día (bpd), exporta principalmente crudo pesado y extrapesado del Orinoco, vital para refinerías complejas en la Costa del Golfo de EE.UU. y Asia.
Trump, en una breve actualización el domingo, confirmó una llamada con el presidente venezolano Nicolás Maduro, pero evitó detalles. “No lean nada en particular en esto”, minimizó el mandatario, aunque fuentes de la Casa Blanca indican que la conversación giró en torno a demandas de cambio de régimen y el fin del apoyo de Caracas a aliados como Rusia, China e Irán. Maduro, por su parte, respondió con un comunicado oficial desde el Palacio de Miraflores, calificando las declaraciones de Washington como “una agresión imperialista” y alertando sobre “consecuencias imprevisibles” para la estabilidad hemisférica.
Los precios del petróleo respondieron de inmediato. El Brent, referente global, subió más de $1 por barril, cotizando por encima de los $72 a media mañana en Nueva York, mientras que el WTI (West Texas Intermediate) avanzó un 1.5%, rozando los $68. Este repunte se suma a otros eventos geopolíticos: ataques con drones ucranianos contra refinerías rusas y el cierre temporal del Oleoducto del Caspio por un incidente en el Mar Negro, que ha recortado exportaciones rusas en cientos de miles de barriles diarios. Sin embargo, el foco está en Venezuela.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), en su reunión del viernes, optó por mantener inalterados los niveles de producción para el primer trimestre de 2026, una decisión que contrarresta temores de un exceso de oferta pero que ahora se ve reforzada por riesgos de suministro. “La pausa en los incrementos de producción de OPEP+ es un colchón, pero las preocupaciones por el crudo venezolano agregan un soporte alcista inmediato”, escribió Phil Flynn, analista senior de Price Futures Group, en una nota a clientes. Según ING, “los riesgos crecientes para el suministro venezolano, tras las declaraciones de Trump, están elevando las primas de seguro y disuadiendo a tripulaciones de buques, lo que podría ensanchar el spread entre crudos pesados y livianos”.
Expertos en energía estiman que una interrupción total en las exportaciones venezolanas –posible si se materializan strikes aéreos o bloqueos navales– podría eliminar hasta un millón de bpd del mercado, impulsando el Brent hacia los $80-90 por barril en cuestión de semanas.

