Joaquín Guzmán López, uno de los cuatro hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera conocidos como “Los Chapitos”, se declaró culpable este lunes ante la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois de cinco cargos graves relacionados con el tráfico internacional de drogas y lavado de dinero, en un giro que podría reducir significativamente su condena, pero que también lo convierte en el primer heredero directo del fundador del Cártel de Sinaloa en aceptar responsabilidad penal plena en Estados Unidos.
Durante la audiencia celebrada ante la jueza federal Sharon Johnson Coleman, Guzmán López, de 38 años, respondió con voz firme “culpable” a cada uno de los cargos leídos por la fiscalía:
1. Conspiración para distribuir cocaína, metanfetamina, heroína y fentanilo
2. Posesión de armas de fuego en apoyo al narcotráfico
3. Participación continua en empresa criminal (RICO)
4. Lavado de instrumentos monetarios
5. Conspiración para importar más de 1,000 kilogramos de sustancias controladas a EE.UU.
La declaración de culpabilidad se dio en el marco de un acuerdo con la Fiscalía federal, revelado parcialmente hoy, que incluye cooperación sustancial con las autoridades estadounidenses. Fuentes cercanas al caso indican que Guzmán López comenzó a colaborar desde julio de 2024, cuando fue entregado voluntariamente a las autoridades de EE.UU. junto con su hermano mayor Ovidio en una operación que sorprendió al mundo.
A cambio de su cooperación, la Fiscalía solicitó que la sentencia —que originalmente podía superar los 60 años de prisión— se reduzca “sustancialmente”. La audiencia de sentencia quedó programada para el 14 de marzo de 2026.
En México, la declaración generó reacciones inmediatas. El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló en su conferencia matutina que “es una muestra de que la estrategia de no confrontación también permite que los delincuentes tomen decisiones como esta”, mientras que la oposición en el Senado exigió que se investigue si la entrega de los Guzmán López en 2024 fue parte de un acuerdo secreto con el gobierno mexicano.
Por su parte, la DEA emitió un comunicado donde califica la cooperación de Joaquín Guzmán López como “uno de los golpes más devastadores que ha recibido el Cártel de Sinaloa en su historia”, al tiempo que advirtió que la lucha contra “Los Chapitos” y el resto de las facciones sinaloenses continúa.
Joaquín Guzmán López permanece bajo custodia federal en el Metropolitan Correctional Center de Chicago en régimen de máxima seguridad y con estatus de testigo protegido. Su declaración de hoy marca el fin de una era para la dinastía Guzmán y el inicio de lo que podría ser una cascada de revelaciones sobre el funcionamiento interno del cártel más poderoso de América en las últimas dos décadas.