En medio de un contexto de austeridad presupuestal y reclamos ciudadanos por la desigualdad económica, se desató una fuerte controversia al revelarse los montos de aguinaldo que recibirán diputadas, diputados, senadoras y senadores del Congreso de la Unión: entre 297 mil y 382,207 pesos, según la cámara y el cargo.
De acuerdo con información oficial de la Cámara de Diputados y el Senado de la República, los legisladores federales percibirán este fin de año un aguinaldo que representa entre 60 y 80 días de dieta, más otras prestaciones de fin de año. El monto más alto corresponde a quienes ocupan cargos en la Mesa Directiva o comisiones clave.
En contraste, una persona trabajadora que gana el salario mínimo general (278.80 pesos diarios en 2025) recibirá un aguinaldo de apenas 4,170 pesos (equivalente a 15 días de salario, como marca la Ley Federal del Trabajo). En la Zona Libre de la Frontera Norte, donde el salario mínimo es de 419.88 pesos diarios, el aguinaldo será de 6,298 pesos.
La diferencia es abismal: un legislador puede recibir hasta 91 veces más que un trabajador con salario mínimo en el resto del país y hasta 60 veces más que uno en la frontera norte.
La revelación ha generado indignación en redes sociales con el hashtag #AguinaldoDeLujo, donde usuarios comparan los montos con las dificultades que enfrentan millones de mexicanos para llegar a fin de mes, especialmente tras el aumento en servicios básicos y la inflación acumulada.
Organizaciones como Fundar y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) han cuestionado desde hace años estas prestaciones legislativas, señalando que los aguinaldos y otros beneficios de los congresistas no han sido tocados por las políticas de austeridad aplicadas al resto del funcionariado público de menor rango.
Hasta el momento, ni la Presidencia de la Cámara de Diputados ni la del Senado han emitido un posicionamiento oficial sobre la posibilidad de reducir o transparentar estos montos para el ejercicio 2025-2026.
Mientras las y los legisladores recibirán sus depósitos en los próximos días, millones de trabajadores formales del país esperan un aguinaldo que, en el mejor de los casos, apenas cubre los gastos básicos de diciembre. La brecha entre quienes hacen las leyes y quienes las padecen queda, una vez más, al descubierto.

