El gobierno de México anunció que solicitará explicaciones formales a las autoridades estadounidenses tras la detección de letreros de advertencia colocados de manera no autorizada en suelo nacional, específicamente en la Playa Bagdad de Matamoros, Tamaulipas. El incidente, calificado por ambientalistas como una “incursión” simbólica, involucró la instalación de estacas con avisos del Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD) en la desembocadura del Río Bravo, un área considerada dentro del territorio mexicano.
La Secretaría de Marina (Semar) y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informaron que elementos navales localizaron y retiraron preventivamente seis letreros en la zona, los cuales declaraban el área como un espacio de operaciones militares o de riesgo, sin el permiso correspondiente de las autoridades mexicanas. “Estos avisos fueron colocados por individuos estadounidenses sin autorización, y su presencia viola la soberanía territorial”, señaló un comunicado conjunto emitido este lunes por ambas dependencias.
El hallazgo fue reportado inicialmente por la organización ambientalista Conibio Global A.C., cuyos miembros documentaron la colocación de las estacas “dentro de territorio mexicano, específicamente en la boca del Río Bravo”. Los letreros, según las imágenes difundidas, advertían sobre peligros en la zona y parecían destinados a disuadir actividades en aguas cercanas, posiblemente relacionadas con operaciones antinarcóticos o de seguridad fronteriza. Ambientalistas locales alertaron sobre una posible “invasión” de estadounidenses, lo que generó tensión en la región.
La SRE ha establecido comunicación directa con la Embajada de Estados Unidos en México para esclarecer los hechos y determinar si hubo participación oficial del gobierno norteamericano. Hasta el momento, fuentes diplomáticas descartan una acción coordinada por parte de Washington, atribuyéndolo posiblemente a iniciativas individuales o no autorizadas. “No se trata de una incursión militar, pero cualquier acción en territorio soberano debe ser investigada y explicada”, enfatizó un portavoz de la Cancillería mexicana.
Este episodio se produce en un contexto de mayor cooperación bilateral en temas de seguridad fronteriza y migración, pero también de sensibilidad por la soberanía mexicana. Tamaulipas, un estado fronterizo con alta actividad delictiva relacionada con cárteles, ha sido escenario de operaciones conjuntas entre ambos países, aunque siempre bajo acuerdos mutuos. Autoridades estatales y federales han reforzado la vigilancia en la Playa Bagdad, un sitio turístico popular, para evitar repercusiones en la zona.
Organizaciones civiles y expertos en relaciones internacionales llaman a una respuesta diplomática firme para prevenir incidentes similares. “Es un recordatorio de que la frontera debe respetarse mutuamente, sin acciones unilaterales”, opinó un analista consultado. Mientras tanto, la Semar mantiene presencia en el área para garantizar la seguridad y el retiro de cualquier elemento irregular.
El gobierno mexicano reiteró su compromiso con el diálogo binacional, pero subrayó que cualquier violación a la soberanía será atendida con la seriedad que amerita. Se espera una respuesta oficial de Estados Unidos en las próximas horas.

