Un exsnowboarder que compitió en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002 ha sido señalado por autoridades estadounidenses como uno de los líderes de una red de narcotráfico internacional vinculada al infame Cártel de Sinaloa, responsable del movimiento de toneladas de cocaína hacia Norteamérica. Ryan Wedding, de 44 años, figura en la lista de los “Diez Más Buscados” del FBI con una recompensa de 10 millones de dólares por su captura. Apodado “El Jefe” –un eco directo del legendario Joaquín “El Chapo” Guzmán–, Wedding es acusado de orquestar un imperio criminal que genera miles de millones de dólares anuales, incluyendo asesinatos a sueldo y envíos masivos de drogas desde Colombia a través de México y Estados Unidos.
El Departamento de Justicia de EE.UU. desmanteló gran parte de la operación de Wedding en octubre de 2024 mediante la “Operación Giant Slalom”, que resultó en la detención de al menos 14 asociados y la incautación de más de dos toneladas de cocaína valoradas en 30 millones de dólares. Según documentos judiciales, Wedding, quien huyó de Canadá en 2015, operaba bajo la protección del Cártel de Sinaloa, el mismo que catapultó a Guzmán a la cima del crimen organizado mexicano. “Wedding no es solo un fugitivo; es un capo calculador que ha escalado desde el deporte de élite hasta convertirse en un teniente clave del cártel más poderoso del mundo”, declaró Brett Kalina, agente especial del FBI, en una conferencia de prensa reciente.
La trayectoria de Wedding parece sacada de una novela de intriga. Nacido en 1981 en Thunder Bay, Ontario, en una familia apasionada por los deportes de invierno –su abuelo poseía una estación de esquí–, el joven prodigio comenzó a hacer snowboard a los 12 años en Coquitlam, Columbia Británica. A los 15, ya formaba parte del equipo nacional canadiense y competía en eventos internacionales en los Alpes y los Andes. En 1999 y 2001, ganó medallas de bronce y plata en campeonatos mundiales juveniles, culminando con su participación en los Juegos de Salt Lake City, donde quedó en el puesto 24 en slalom gigante paralelo.
Sin embargo, tras los Olímpicos, Wedding abandonó la universidad Simon Fraser, donde estudiaba finanzas, y se adentró en el mundo nocturno de Vancouver como portero en clubes como Onyx, epicentro de guerras entre pandillas por el mercado de la marihuana. En 2004, montó una operación de cultivo masiva en Maple Ridge con 6.800 plantas, valorada en 10 millones de dólares, que fue allanada por la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) en 2006, aunque no enfrentó cargos. Este fue el primer paso hacia el abismo: de ahí pasó a traficar cocaína, comenzando con un fallido intento de comprar 24 kilos en Los Ángeles en 2008, que terminó en su arresto en San Diego junto a sus socios Hassan Shirani y Michael Krapchan.

Condenado a cuatro años de prisión en 2010, Wedding fue deportado a Canadá en 2011. Se instaló en Montreal, donde forjó lazos con el Cártel de Sinaloa, atraído por los altos precios de la cocaína en el mercado canadiense (hasta 35.000 dólares por kilo, frente a 25.000 en EE.UU.). Bajo la tutela de “El Chapo” Guzmán –quien expandió el cártel a 50 países y controlaba el 40-60% del tráfico de drogas en México a inicios de los 2010–, Wedding coordinó envíos anuales de 60 toneladas de cocaína, generando ingresos superiores al billón de dólares. Usando rutas marítimas desde el Caribe a Terranova, camiones con compartimentos ocultos y casas seguras en Los Ángeles, su red colaboraba con los Hells Angels y la Alianza Wolfpack.
La comparación con Guzmán no es casual. Al igual que “El Chapo”, quien escapó dos veces de prisiones mexicanas y construyó un imperio con túneles y brutalidad extrema (responsable de al menos 34.000 asesinatos), Wedding es descrito como un líder implacable y visionario. Documentos del FBI lo señalan como “uno de los hombres de El Chapo en Canadá”, pagando un “impuesto” al cártel por protección. Su alias “El Jefe” evoca directamente al capo sinaloense, y como Guzmán, Wedding ha ordenado ejecuciones sin remordimientos para proteger su negocio.
Entre las acusaciones más graves figuran múltiples homicidios. En noviembre de 2023, una familia india en Caledon, Ontario, fue atacada en un caso de identidad equivocada por un cargamento robado: Jagtar y Harbhajan Sidhu murieron a tiros, y su hija Jaspreet quedó parapléjica. En abril de 2024, ordenó el asesinato de Randy Fader en Niagara Falls por 100.000 dólares, ejecutado por Malik “Mr. Perfect” Cunningham, entrenado en México. Otros blancos incluyen un agente inmobiliario en Vancouver, “árabes” en Toronto y un objetivo en Dubái, con pagos de hasta un millón de dólares. “No tenía miedo. Quería algo más que el deporte”, reflexionó Ross Rebagliati, medallista de oro en snowboard, sobre el potencial perdido de Wedding.
La operación contra Wedding ha sido un éxito parcial: arrestos en Guadalajara, Toronto y Miami han desarticulado su red, pero él permanece libre. Un informante clave, Jonathan Acebedo-García, fue asesinado en Medellín en enero de 2025, posponiendo su juicio hasta 2026. “Es como cazar a Bin Laden o Bulger: no escatimaremos recursos”, aseguró Kalina, comparando el manhunt con las cacerías legendarias del FBI.

