El deporte de fondo internacional despierta este jueves con una noticia que ha conmocionado a la comunidad atlética: la fondista etíope Shewarge Amare Alene, conocida por su tenacidad y velocidad en las pistas, falleció a los 30 años de edad en Addis Abeba, capital de su país natal. La triple campeona del Maratón Internacional de la Ciudad de México (CDMX) se desvaneció durante una sesión de entrenamiento rutinaria, un recordatorio trágico de los riesgos que conlleva la vida de una atleta de élite.
Según confirmaron fuentes cercanas a la familia y la organización del Maratón de Estocolmo, donde Alene había triunfado apenas cuatro meses atrás, la corredora comenzó a sentirse mal mientras realizaba su práctica habitual cerca de Addis Abeba. Inmediatamente fue trasladada a un hospital local, pero los esfuerzos médicos no pudieron salvar su vida. Aunque las causas exactas del deceso no han sido divulgadas de manera oficial, reportes preliminares apuntan a una posible descompensación durante el esfuerzo físico.
“Con profunda tristeza recibimos la noticia del fallecimiento de Shewarge Alene, ganadora del Maratón de Estocolmo. Alene se sintió mal durante una sesión de entrenamiento y fue llevada al hospital, donde lamentablemente no se pudo salvar su vida. Tenía 30 años. Nuestros pensamientos están con su familia y seres queridos”, expresó el comité organizador de la carrera sueca en un comunicado que rápidamente se viralizó en redes sociales.
Nacida en Etiopía, cuna de grandes maratonistas como Haile Gebrselassie, Shewarge Amare Alene irrumpió en el panorama mundial a una edad temprana. Su debut en maratones fue en 2011, con un cuarto lugar en la Media Maratón de Nueva York cuando apenas tenía 17 años, lo que le abrió las puertas a competencias mayores. En México, su legado es imborrable: conquistó el Maratón de la CDMX en las ediciones de 2012, 2014 y 2015, demostrando una madurez atlética impresionante para su juventud. En 2014, por ejemplo, cruzó la meta en un tiempo de 2:41:21 horas, un registro que aún resuena en los anales de la prueba capitalina. Además, fue subcampeona en 2021, quedando solo detrás de la keniana Lucy Cheruiyot con un tiempo de 2:37:03 horas.
Su palmarés no se limitó a la capital mexicana. Alene acumuló 12 victorias en 27 maratones profesionales disputados entre 2011 y 2025, incluyendo triunfos en los maratones de Mérida, Ciudad Juárez, Lala Comarca Lagunera (en México), Santiago de Chile, Huancayo (Perú), Esmirna (Turquía) y Bangkok (Tailandia). Su última hazaña, el 31 de mayo de 2025, fue en el Maratón de Estocolmo, donde completó los 42.195 kilómetros en 2:30:38 horas, consolidándola como una de las fondistas más consistentes de su generación. Su mejor marca personal, un impresionante 2:27:26, la registró en tercer lugar en el Maratón de Ciudad del Cabo en 2023.
La atleta, quien residía en México como base de entrenamiento, era admirada no solo por sus tiempos, sino por su humildad y dedicación.
“Shewarge era una guerrera silenciosa en las calles de la CDMX; su presencia en el Zócalo, sudada y sonriente, inspiraba a miles”, recordó un exentrenador en redes sociales.
La organización del Maratón de la CDMX emitió un breve mensaje de condolencias: “Hoy, la familia del running mexicano llora la pérdida de una leyenda. Su espíritu perdurará en cada paso que demos por las avenidas de esta ciudad”.
El fallecimiento de Alene se suma a una serie de tragedias en el mundo del running que han puesto en el foco la salud mental y física de los atletas de fondo. En México, eventos como el Medio Maratón de la CDMX han registrado incidentes similares en años pasados, recordando la importancia de chequeos médicos rigurosos. Organizaciones internacionales como World Athletics han instado a revisiones más exhaustivas, pero casos como este subrayan la imprevisibilidad de la profesión.
Mientras el mundo del atletismo rinde homenaje a Shewarge Amare Alene –con velas virtuales y mensajes de #RunForShewarge inundando X (antes Twitter)– su partida deja un vacío que ninguna medalla podrá llenar. A sus 30 años, Alene no solo corrió distancias; inspiró legados. Descanse en paz, campeona.
 
		
