Birmingham, Inglaterra, La ciudad que vio nacer al legendario Ozzy Osbourne se vistió de luto y celebración para despedir al icónico vocalista de Black Sabbath, fallecido el pasado 22 de julio a los 76 años. En una jornada cargada de emociones, miles de fanáticos, amigos y familiares se reunieron en las calles para rendir homenaje al “Príncipe de las Tinieblas” en un cortejo fúnebre público que cumplió con el deseo del artista: que su despedida fuera una celebración de vida, no un “festival de lágrimas”.
El féretro de Osbourne, adornado con símbolos de su carrera como el murciélago que lo inmortalizó, recorrió las calles de su ciudad natal desde las 7 de la mañana, acompañado por la banda local Bostin’ Brass, que interpretó melodías en honor al pionero del heavy metal. El recorrido, que partió desde Broad Street y culminó en el emblemático Black Sabbath Bridge, atrajo a multitudes que dejaron flores, velas y mensajes de gratitud en un banco dedicado a la banda. La familia Osbourne, encabezada por Sharon, Jack, Kelly y Aimee, se mostró visiblemente conmovida.
El funeral privado, cuyos detalles no han sido revelados, se espera que sea una ceremonia más íntima, respetando los deseos de Sharon y sus hijos. Mientras tanto, los fans continúan dejando ofrendas en el Black Sabbath Bridge y firmando un libro de condolencias en el Birmingham Museum and Art Gallery, donde la exposición Ozzy Osbourne (1948–2025): Working Class Hero celebra su vida.